lunes, 24 de enero de 2011

Hiperrealismo




Mañana salgo de viaje a Roma. Estaré fuera hasta el día 31, por lo que voy a tener algo olvidado a mi blog y a mis pececitos. Espero que me los cuidéis y no seáis como los típicos vecinos que en vacaciones acaban con tus tortugas.

Hoy dejo imágenes de la obra de Ron Mueck. Imagino que muchas de sus esculturas os serán conocidas y probablemente os parezca incluso por demás hablar de ellas, pero el ser conocidas no les resta interés, y creo que merecen claramente un sitio en este pequeño espacio de cosas que me gustan.



Ron Mueck es un escultor hiperrealista australiano que vive en Inglaterra.
Su origen profesional fue en el mundo de los efectos especiales para el cine. Tras unos años en los que su talento quedaba claro en cada una de sus piezas, Mueck se mudó a Londres para establecer su propia compañía en la que diseñaba piezas para el mundo de la publicidad. Sus obras eran tremendamente detalladas, pero curiosamente de ellas sólo se fotografiaba un ángulo muy específico, por lo que el resto de partes no visibles quedaban inacabadas. Mueck empezó a sentir la necesidad de crear obras enteramente acabadas, visitables desde cualquier ángulo.



Tras colaborar con su suegra en una galería, Charles Saatchi le descubrió y comenzó a solicitar y a coleccionar sus trabajos. Fue "Dead Dad" la obra que le dio nombre a Mueck, que es una escalofriante e hiperrealista obra de silicona y otros materiales, del cuerpo muerto de su padre, reducido aproximadamente a dos tercios del tamaño natural. Es la única obra de Mueck que usa su propio pelo para el producto final. Os dejo una imagen general y otra de más cerca, de la cara. Me parecen impresionantes.





Lo que me encanta de Mueck es su capacidad para reflejar de forma totalmente fiel lo bello y lo feo del ser humano, consiguiendo que no resulte desagradable sino emocionante.







Además, otra de las cosas que más me gustan tanto en arquitectura, en arte o incluso en moda, son los juegos con las escalas. Creo que de no ser por los tamaños bien desorbitados, bien demasiado pequeños de sus esculturas, no conseguirían transmitir tanto.




domingo, 23 de enero de 2011

Aparcamientos deluxe



No he pisado mucho por casa en los últimos días y tenía el blog un poco olvidado. Aún así llevo tiempo investigando sobre un tema que me interesaba compartir con vosotros y que se me resistía un poco, ya que la página web de la autora está en construcción y la información que he encontrado no era del todo completa. Y hoy por fin puedo decir que lo que tengo me convence como para hacerle un hueco aquí.

Hoy os hablo de los parkings de diseño. Es una idea que me resulta muy atractiva. Reconozco que entrar al típico aparcamiento de Madrid de plazas pequeñas, paredes oscurecidas por el humo, curvas muy cerradas y columnas colocadas con cierta mala leche tiene su punto, es casi parte del encanto de las noches de Madrid, dejando, claro, de lado el aspecto económico. Son casi un escenario más para las citas, el trayecto desde el coche hasta el restaurante y viceversa, los besos robados en el ascensor...y toda esa parafernalia romántica (o no) que, probablemente, gustaría de un lugar un poco más agradable.



Los que dejo hoy los firma todos Teresa Sapey. Para los que no estéis familiarizados con su nombre, Teresa es una arquitecta italiana dedicada especialmente al diseño y el arte. Una de las cosas que más me gustan de su obra es su capacidad para, usando colores vibrantes y llamativos, conseguir espacios de lo más íntegros y agradables, muy lejos de la estridencia.



Tras diseñar el aparcamiento del Hotel Puerta de América con bastante éxito, ha sido elegida para el diseño de otros tantos.

El año pasado, en una de esas noches en las que no paras de dar vueltas con el coche por Chueca y siempre el coche de delante encuentra el sitio al que tú llegas tarde, acabamos metiéndonos en un parking de la Calle Farmacia que nos llamó la atención nada más entrar. Las paredes estaban pintadas de colores azules y blancos y el aspecto era bastante agradable.



Al llegar, un aparcacoches se encargó de recoger nuestras llaves y llevarse el Polito por la rampa, hacia arriba. Me quedé con ganas de ver más partes del aparcamiento, pero di por hecho que al haber servicio de aparcacoches el resto de las plantas serían de lo más normal, y habrían dejado el diseño para la única parte visible para los usuarios.







Es una pena darme cuenta de que estaba ante una de las obras de Sapey de la que sólo pude ver la entrada. En ella hace alusión al cielo de Madrid, con "píxeles" de colores azules y blancos. En cuanto pueda me pasaré otra vez con el consiguiente agujero de bolsillo, y pediré que me dejen verlo entero.



Hasta los baños siguen el mismo diseño. Imagino que el uso de aparcacoches formará parte de la intención del dueño de mantenerlo limpio y cuidado el máximo tiempo posible, algo así como la manía de mi madre de guardar la ropa nueva para las ocasiones que, cuando llegan, ya han dejado la ropa pasada de moda.

El proyecto para el parking de la plaza Vázquez de Mella en Chueca seguramente sea más conocido por todos, por el gran lazo rojo que adorna la entrada y los neones rojos que destacan en la esquina de la plaza por las noches. En palabras de Teresa, la condición del lugar como espacio de ocio nocturno, le llevó a concebir el aparcamiento como un "infierno cachondo y habitable".



Desde luego cachondo sí me parece. En lo que no estoy muy de acuerdo es en lo habitable que puede llegar a ser un espacio como un garaje, aunque obviamente, sí consigue que el tiempo de paso por el mismo sea mucho más agradable. Al proyecto lo denominó "Chueca an-dante" y en relación a este nombre, versos del Infierno de la Divina Comedia de, precisamente, Dante, se extienden en los neones que iluminan y adornan las paredes. En el proyecto inicial se trataba de una tipografía despiezada en neones que se extendía por el techo.



Como no siguieron el desarrollo del proyecto, la solución final es algo distinta a los renders.




Los que me conocéis un poco sabéis que soy un poco obsesiva de las tipografías y de adaptar cada tipografía al proyecto al que se dedica, así que supongo que sabréis que me parece perfecta la forma de integrar iconos y letras en los espacios que ha diseñado. Los iconos femeninos y masculinos en este aparcamiento son todo un acierto para la zona en que está, además del icono-lazo de la entrada.



Además se encarga concienciudamente del diseño de cada cartel.



Las letras también son parte protagonista en el aparcamiento que ha diseñado en Vitoria. En él una lista de la compra gigante en español y euskera adorna las paredes y los techos. El motivo de la elección de este tema, la presencia de una gran superficie de alimentación. Creo que ha habido problemas con la gestora y ha estado cerrado una temporada. Espero que no de forma definitiva.







En el caso del del Hotel Puerta de América, los dibujos, el color y las letras, consiguen además convertirlo en uno de los aparcamientos más seguros, ya que en todo momento se tiene conciencia de la situación de las salidas de emergencia, las plazas especiales...





En resumen, las intervenciones de Sapey son sencillas: el uso del color y la distinta distribución y tonalidad de los neones pueden convertir un aparcamiento tradicional en un espacio totalmente diferente, simbólico y hasta representativo de la zona en la que se ubican. La obra de Sapey es toda una muestra de cómo con gestos estéticos bien estudiados, se pueden conseguir espacios totalmente funcionales, pero también icónicos y sugerentes.