sábado, 12 de febrero de 2011

juguetes





Una de las cosas que menos me gusta de los niños de hoy día es su afán por las videoconsolas (esa palabra me suena algo pasada de moda, sí) y demás juguetes aisladores (aislantes suena mal). Imagino que es fácil decirlo, pero cuando tenga hijos les obligaré a que jueguen como se ha hecho siempre, con cocinitas, carros de muñecas, coches, caballitos... Ya tendrán horas de mayores para pasárselas pegadas a las pantallas. Los juguetes son parte indispensable del recuerdo de todos nosotros y me da mucha penita pensar que hoy los niños se limitan a coleccionarlos después de que se los traigan los Reyes, pero no juegan con ellos más allá de dos semanas después.



Siempre me han encantado los juguetes artesanales, de madera, con algún tipo de encanto y que no vienen en cajas de colores hiperllamativos y salen tres veces cada media hora en los anuncios de la tele. Hoy me he acordado de una firma que me encanta. Se llama Kidsonroof y se dedica a hacer juguetes de cartón, totalmente reciclables.



Los creadores de estas pequeñas joyitas son una pareja, él holandés y ella rusa, con tres hijos, que son siempre los primeros probadores de sus ideas. Buscan, en sus propias palabras, una reconexión entre la vida actual y la naturaleza, entre el juego y la ecología, fomentando siempre la creatividad y la imaginación del niño. Me parece que lo consiguen a la perfección: el cartón facilita la retirada del juguete cuando ya está roto o cuando los niños han decidido que quieren otro distinto, se recicla mucho más fácilmente que el plástico y además tiene la ventaja de poderse plegar y no ocupar el 50% de las habitaciones de los niños.



Muchos de sus juguetes o bien están pintados de blanco, invitando a los niños a ser ellos quienes los decoren, o bien son reversibles y tienen un lado estampado y otro en blanco para que el niño dé su propia versión.



¡Esta foto me gusta especialmente, porque la bufanda se parece taaantísimo a mi famosa bufanda de los viajes que ha sido arrastrada sin querer por tantos suelos extranjeros! :)

¿No os habría gustado poder colorear vuestros muñecos de pequeños? Yo me acuerdo de que siempre quería cortarles el pelo a las Barbies, poner de un color más saludable que el rosa-cerdito a los Playmobil y sobre todo pintarles unos ojos un poco más creíbles, pero me parecían juguetes tan perfectos que no me atrevía a meter la pata.



Uno de los juguetes que más mono me parece es este caballito. ¡Es tan sencillo pero tan precioso! Y eso por no hablar de las casitas de muñecas... y encima los precios están genial...¡quién fuera niño otra vez!



Tengo que reconocer que me chocó encontrarme con su colección "Uncensored Toys", me pareció como si alguien hubiera metido juguetes ajenos a esta firma en su página web, pero cuando leí el eslógan comprendí lo bien que casan con su idea de juego:



"Not meant to shock.......Let kids play war peacefully -as they have been doing for centuries and will do coming centuries..."



Aprovecho para dejaros también un video de una canción que he descubierto ayer y que me tiene totalmente enganchada, mucho más que la versión con Eminem:

http://www.youtube.com/watch?v=FivtNCdpBIg&feature=related

Pasadlo muy bien esta noche si salís. Un beso grande.

miércoles, 9 de febrero de 2011

la página en blanco



Hace meses tuve la enorme suerte de encontrarme de repente con una oferta de una asignatura de libre elección impartida por mi Universidad, que trataba sobre el Teatro Real de Madrid, y concretamente sobre tres óperas del programa de finales de 2010 y principios de este año. Mandé mi solicitud de inscripción, consciente de que con el escaso número de plazas ofertadas para todos los alumnos, sería más que difícil que me seleccionaran. Tuve mucha mucha suerte, resulté seleccionada y he podido asistir a tres de las cuatro clases (para la última aún quedan unos días).

El caso es que la segunda y la tercera clase han consistido en asistir a un ensayo de conjunto (el pasado lunes) y al ensayo general, que ha sido esta tarde, de la ópera "La Página en Blanco".

Esta ópera es la primera que estrena mundialmente una mujer en el Teatro Real. La directora, creadora y protagonista son la misma mujer, Pilar Jurado, una reconocida soprano madrileña, que ha visto cumplido su sueño de crear una ópera con el encargo que el Teatro Real le hizo en 2008.

Como no soy para nada entendida en ópera, imagino que lo que voy a hablar a continuación no tendrá gran validez para muchos, pero imagino que sí que habré sido captar la sensación más general que esta creación deja en los que la han visto y la van a ver desde su estreno el próximo viernes.

La música, para empezar por lo bueno, es muy interesante. Inunda totalmente toda la obra, sin restarle protagonismo a las voces, pero dotando a esta ópera del interés que le falta al argumento. Es realmente buena, en mi opinión, e incluso consigue quedarse en la cabeza de los espectadores casi a modo de banda sonora de una película.



Precisamente algo peliculero es lo que me ha parecido el argumento: una mezcla de la incertidumbre y los miedos del creador, del artista, con los miedos éticos del desarrollo tecnológico, temas algo desgastados ya. Tal como comentaba con varios de los compañeros que han asistido a los ensayos conmigo, todo esto del miedo ante el futuro más parece sacado de una película futuro-tremendista de los años ochenta que de una obra actual. Parece mentira que un argumento escrito en los dos últimos años pueda sonar tan retrofuturista como este. Las frases son cortas, sin interés lírico ni desde luego filosófico, más allá del típico "cómo se ríen los dioses de los hombres que se creen dueños de su destino", o del "el futuro es una página en blanco", que, en mi opinión, se quedan bastante flojos en una ópera que ha generado tanta expectación, y parecen más dignos de una película de Disney.

Otro de los aspectos que me ha llamado la atención es el protagonismo tan grande que busca la directora-creadora-protagonista Pilar Jurado. Es la única de todos los personajes que se permite varios cambios de vestuario a lo largo de la ópera, llamativo cuanto menos. Ella lleva los taconazos, ella viste tan pronto de palabra de honor como con un little black dress digno de Vogue, con unas botas imposibles de clasificar, se enfunda en unos pantalones de cintura alta o luce sus delgadas piernas vestida sólo con una camisa de hombre mientras duerme acurrucada en un sofá-columpio de diseño que cuelga de cuatro hilos ultrafinos y que es casi lo que más me ha inquietado en la obra. Está claro que es una buena soprano, no lo discuto, y una buena compositora también, pero opino que le ha faltado humildad, que ha buscado acaparar ella todo lo importante en su obra, en su ópera, quizá por uno de los miedos del artista que también refleja el argumento, el miedo a los caprichos de los demás que forman parte del elenco.



En cuanto a la figura de Pilar, me ha resultado muy curioso que, en el intermedio, mientras hablábamos sobre las impresiones que habíamos visto que la obra generaba a nuestro alrededor, los escasos aplausos que hemos intuido casi obligados, y demás temas, se nos ha acercado una señora que nos ha preguntado un poco de todo, y ha acabado presentándose como compositora musical, con bastante humildad, ya que ha reconocido que ella no sería capaz de organizar una ópera entera, pero que ha insinuado muy graciosamente que los méritos de Pilar Jurado pasan más por los juegos de cama con los diversos personajes de poder en este mundo que por sus magníficas capacidades como música. Esto no me corresponde a mi juzgarlo, está claro, pero me ha parecido curioso y por eso lo escribo.

El escenario es diseño de Alexander Polzin. Es una idea a caballo entre la modernidad exacerbada de las líneas curvas con el color totalmente blanco de una moderna casa de diseño y el clasicismo de un tríptico como el Jardín de las Delicias, de El Bosco. Las animaciones de los laterales del tríptico, especialmente la primera de ellas, en que los personajes del Jardín de las Delicias cobran vida lentamente a partir de unas pequeñas manchas que van creciendo poco a poco, me han parecido preciosas, aunque exageradas en ocasiones, las dos enormes orejas con puñal del segundo acto llegan a ser casi motivo de risa y de distracción. En general el escenario me ha parecido interesante, aunque es una pena que los laterales sean poco visibles desde algunas de las zonas de los palcos, ya que gran parte de la acción se desarrolla precisamente en torno a esos laterales.



La experiencia me ha gustado mucho, y aprovecho para agradecer a todas las personas que han tenido que ver con esta asignatura su implicación, desde el profesor Miguel Mercé, pasando por Carmen Moreno, Joachim Pflieger, Marta Villegas, una mujer pegada a una sonrisa, y a todos los que han tenido que ver en que hayamos podido ser testigos privilegiados de todo esto.

Realmente estaría bien que se hicieran actividades como esta más frecuentemente, yo hoy me sentía una privilegiada sentada justo al lado del Palco Real y viendo el ensayo general de una ópera de la que se está hablando tanto :)

(Las fotografías son todas de la página del Real, menos esta, que intenté sacar con mi móvil y en la que no se ve demasiado, pero al menos se intuye cómo es el diseño del escenario)

domingo, 6 de febrero de 2011

domingo



Hoy es uno de esos domingos astrománticos en que sólo me apetecería pasarme el día en la cama viendo series. Como esa opción queda descartada, me consolaré escuchando algunos de los podcast de mi programa de radio preferido mientras analizo obras de arte para mi entrega de mañana y regaño mentalmente a mi madre por poner la celebración familiar del cumpleaños de mi hermano Carlos justo el día en que Zahara da un concierto en Madrid por sólo 10 euros. Por si alguien no tiene celebración familiar ni series con las que ocupar el tiempo, y quiere pasarse, es en la sala Clamores.





Como el tiempo escasea, os dejo unas imágenes de un fotógrafo de los que yo llamaría "fotógrafossuecosquemeencantan", aún siendo en realidad danés. El hecho es que capta esa luz que yo llamo "luzdesuecia" perfectamente, y sus objetos de pequeño tamaño y gran encanto situados en lugares donde no son habituales, me parecen muy tiernos.



Se llama Jakob Hunosoe, con la última o de esas q van tachadas con una diagonal y que mi teclado no tiene.





http://www.youtube.com/watch?v=FskJDPCHWfI

Buen domingo :)